Trastorno de Personalidad

¿Qué es un Trastorno de Personalidad?

Para explicar lo que son los trastornos de personalidad, debemos partir mencionando que todas las personas tienen rasgos de personalidad, los cuales son formas de percibir, relacionarse y pensar el entorno y así mismos. Estos rasgos se ponen de manifiesto en una amplia gama de contextos sociales y personales. Cuando estos rasgos de personalidad se rigidizan, es decir, se vuelven inflexibles y desadaptativos y causan un malestar subjetivo en la persona y/o en las personas que lo rodean (familiares, amigos , compañeros de trabajo), entonces hablamos de que se ha configurado un trastorno de personalidad.

Las personas que presentan un trastorno de personalidad tienen una combinación, en grado variable, de alteraciones en la conformación de la identidad y los mecanismos de defensa utilizados. El juicio de realidad se mantiene conservado.

Así también, tienden a presentar una estabilidad frágil o una carencia en la capacidad de adaptación, principalmente en condiciones de estrés. La mayoría de las personas disponen de estrategias de afrontamiento diversas y flexibles, de esta manera cuando una de ellas no funciona, cambian y pasan a utilizar otra. Sin embargo, las personas con un trastorno de personalidad tienden a utilizar las mismas estrategias una y otra vez, con variaciones mínimas. Debido a que no son capaces de modificar estos patrones o repertorios patológicos, estos se repiten como círculos viciosos en los diferentes contextos de su vida. Los trastornos de la personalidad son estables a lo largo del tiempo y se suelen diagnosticar en la adolescencia o al comienzo de la vida adulta, ya que en ese período se espera la consolidación de la identidad.

¿Qué es un Trastorno Limítrofe o “Borderline” de la Personalidad?

El Trastorno de la Personalidad Limítrofe es un patrón persistente de inestabilidad del ánimo, relaciones interpersonales intensas e inestables y una confusión en la identidad. Las personas con este trastorno tienen al menos cinco de los siguientes síntomas:

  • Profunda alteración en la estructuración de la identidad, lo cual lleva a el establecimiento de una identidad confusa: incluida la imagen de sí mismo, la orientación sexual, las metas a largo plazo o las elecciones de carrera, amigos o valores.


  • Uso de mecanismos de defensa bajos o primitivos con el fin de lidiar con la angustia. Presentan el juicio de realidad conservado.


  • Relaciones interpersonales inestables e intensas: tienden a idealizar a otras personas y luego abruptamente las detestan, se enamoran y desenamoran súbitamente. Un ejemplo de la inestabilidad en las relaciones pudiese ser que busquen ayuda de un terapeuta y luego abruptamente lo abandonan terriblemente desilusionados y enrabiados.


  • Actos impulsivos con alto riesgo de daño: incluido gastos excesivos, promiscuidad o conductas sexuales irresponsables, conducción descuidada, abuso de sustancias, robos, atracones de comida.


  • Cambios rápidos de un ánimo normal a uno depresivo

  • Ansiedad

  • Ira inapropiada e intensa o falta de control de la rabia

  • Amenaza, pensamientos o comportamientos suicidas o automutilatorios

  • Sentimientos crónicos de vacío

  • Intentos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado

  • Frente al estrés pueden tener breve paranoia o pérdida del sentido de la realidad.

Existe en los pacientes borderline gran dificultad para tolerar los niveles de ansiedad, frustración, rechazo y pérdida que la mayoría de las personas son capaces de tolerar. Pareciera ser central en los síntomas y dificultades mencionadas y es clave del trastorno borderline de la personalidad, la gran dificultad de aferrarse a un sentido estable y coherente de uno mismo. La vida de estos pacientes es caótica y frecuentemente sienten que son muchas personas distintas en vez de ser una sola. Los efectos de esta enfermedad en la vida de los pacientes y sus familias son profundos; los trabajos se pierden, los éxitos de arruinan, las relaciones se rompen y las familias se alienan.

¿Qué causa un Trastorno Limítrofe de la Personalidad?

No existe una causa única que haya sido identificada, más bien es una combinación de factores, que incluyen una vulnerabilidad genética inherente (pacientes borderline tienen más parientes con trastornos del ánimo, alcoholismo, suicidio que las personas que no tienen el trastorno), un temperamento particular (patrones de alimentación y sueño irregulares, reacciones intensas de rabia, frustración y dolor), experiencias de vida tempranas y factores bioquímicos.

Los factores psicológicos involucrados en muchos pacientes, son por ejemplo, traumas en la infancia (abuso físico, sexual y emocional, negligencia parental, separaciones prolongadas, pérdida temprana de los padres por muerte o separación, cuidadores múltiples, etc.). Estas características son mucho más comunes en personas con Trastorno Limítrofe que en la población general.

Sin embargo, hay que destacar que no todas las personas con Trastorno Borderline de la Personalidad tienen estos problemas y no todas las personas con estos problemas tienen el Trastorno.

¿Qué les pasa a las personas con el Trastorno Borderline de la Personalidad?

El curso de la enfermedad es variable y generalmente prolongado. Es más frecuente en mujeres y usualmente aparece durante la adolescencia o la adultez joven. Los primeros síntomas serios se manifiestan comúnmente en algún momento de cambio significativo o de separación en la vida.

El trastorno borderline tiende a atenuarse con el paso de los años. Los síntomas son más agudos durante la juventud y la etapa media de la vida.

¿Cuál es la prevalencia del Trastorno Borderline de la Personalidad?

Según cifras señaladas por el Borderline Personality Disorder Resource Center, grupo dirigido por el Dr. Otto Kernberg, actual director del Personality Disorders Institute del New York- Presbyterian Hospital, el Trastorno Borderline compromete al:

- 2% de la población general
- 10% de todos los pacientes que concurren a centros de salud mental ambulatorios
- 20% de los pacientes psiquiátricos hospitalizados
- 75- 90% de los diagnósticos son mujeres.

¿Puede coexistir el Trastorno Limítrofe de la Personalidad con otros trastornos?

El Trastorno Borderline de la Personalidad usualmente se da con algunos o a veces varios de los siguientes trastornos:

• Depresión
• Abuso de Sustancias
• Trastornos Alimentarios (Anorexia, Bulimia, Atracones)
• Trastornos de Ansiedad
• Trastorno Bipolar
• Suicidalidad crónica

¿Cómo se trata el Trastorno Limítrofe de la Personalidad?

El tratamiento puede incluir terapia individual, grupal o familiar. En general se pone énfasis en brindarle estructura al paciente, por ejemplo, las sesiones están programadas con anterioridad y tienen una duración determinada, se establecen las responsabilidades del paciente y las del terapeuta, ciertas veces se diseña un horario diario escrito para que no haya períodos largos de tiempo no planificado y se establecen límites y reglas consistentes frente a ciertos comportamientos autodestructivos. Se educa al paciente y a su familia sobre la enfermedad. La psicoterapia puede ir acompañada de tratamiento farmacológico, con el fin de ayudar al paciente a manejar ciertos síntomas que inciden de forma negativa en el trastorno de personalidad. La hospitalización o la hospitalización de día, puede ser necesaria, cuando el nivel de funcionamiento de un paciente es bajo o cuando los síntomas convierten al paciente en un peligro para sí mismo u otros.

Actualmente existen cuatro tipos de tratamiento, con alguna evidencia empírica en el abordaje de los Trastornos de Personalidad. El primero de ellos es TFP (Psicoterapia Basada en la Transferencia), su principal exponente y creador es el Dr. Otto Kernberg. Este tratamiento consiste en una modificación de la psicoterapia psicodinámica clásica, tiene una frecuencia de dos a tres sesiones por semana, es altamente estructurada en el sentido de que se abordan en forma permanente las amenazas al tratamiento, al paciente o a terceros, para ello se establecen límites a conductas destructivas, así como caminos alternativos de contención y acción a estas manifestaciones. Uno de los principales objetivos de TFP es trabajar los aspectos contradictorios e irreconciliables tanto del paciente, como de su percepción y relación con los otros. Esto último también es trabajado en la relación terapéutica.

El segundo tratamiento es DBT (Terapia Conductual Dialéctica), su principal exponente y creadora es la Ps. Marsha Linehan. Este tratamiento consiste en una modificación de la Terapia Conductal Cognitiva. El objetivo de esta psicoterapia es ayudar a las personas a cambiar los patrones de comportamiento que no son efectivos, tales como: autoagresiones, pensamientos suicidas y abuso de sustancias. Este enfoque pone énfasis en ayudar a las personas a incrementar su regulación emocional y cognitiva, esto se logra aprendiendo a detectar los gatillantes que llevan a estados reactivos e incorporando herramientas que les permitan aplicar en la secuencia de eventos, pensamientos, sentimientos y comportamientos que llevan a comportamientos destructivos. El tratamiento incorpora cuatro elementos: terapia individual, terapia de grupo, llamadas por teléfono (enfocadas a entregar herramientas para la vida diaria) y consulta del terapeuta a equipo de terapeutas DBT.

El tercer tratamiento es MBT (Terapia basada en la Mentalización), esta terapia ha sido desarrollada por el Ps. Peter Fonagy y por el Dr. Anthony Bateman. La terapia basada en la mentalización es un tipo de psicoterapia dinámica, la cual ha sido diseñada para pacientes con desorden de personalidad limítrofe, que sufren de un apego desorganizado y que han tenido dificultades en desarrollar una capacidad de mentalización en el contexto de una relación de apego. La mentalización sería el proceso por el cual implícita y explícitamente interpretamos las acciones de nosotros mismos y de otros como significativas, a la base de estados mentales intencionales. El objetivo de MBT es incrementar la capacidad de mentalización, lo cual ayudaría a tener un mayor autocontrol, un incremento de la regulación afectiva, relaciones interpersonales más satisfactorias y el cumplimiento de objetivos en la vida. Este tratamiento contempla terapia individual y de grupo y tiene una frecuencia de dos veces por semana.

El cuarto tratamiento es POST (Psicoterapia de Apoyo), uno de sus exponentes es el Dr. Lawrence Rockland. Esta psicoterapia es psicodinámica y su principal objetivo es reestablecer la homeostasis intrapsíquica del paciente en crisis, fortalecer la función del yo y mejorar la adaptación dentro y fuera de sí mismo. Se trabaja en el control de impulsos, la prueba de realidad, los mecanismos defensivos, las relaciones interpersonales y los procesos de pensamiento. La frecuencia de las sesiones varía de acuerdo a las necesidades de cada paciente. A diferencia de los tratamientos anteriores, este tipo de psicoterapia no promueve cambios en profundidad, si no más bien tiene como fin estabilizar al paciente en crisis.

¿Qué pasa si los síntomas vuelven una vez que ya han estado bajo control?

Ciertos eventos de la vida son especialmente estresantes para personas que viven con esta enfermedad e incrementan el riesgo de recurrencia, entre ellos podemos destacar las vacaciones del terapeuta o de otras personas, separaciones, cambios laborales, actividades relacionadas a la casa o a las finanzas personales, cambio en relaciones significativas, aniversarios o fechas importantes, aumento de exigencias laborales o ascensos, alta de un hospital o de un programa, cambios en la salud física (incluyendo embarazo, abortos, traumas o enfermedades).

Frente a estos eventos y la reaparición de los síntomas, se pueden planificar antes o durante la aparición de estos, ciertas pautas de acción, que le permitan al paciente lidiar de forma más efectiva y con mayores recursos estos hechos. Así también, es recomendable monitorear los síntomas, si llegaran a tener un aumento considerable, debiera existir un plan con ciertas acciones a llevar a cabo, por ejemplo: hospitalización breve, fármacos, etc.